Por Néstor Altuve / @nestoraltuve / nestoraltuve@yahoo.com

La transformación digital ha sido un mantra en el mundo empresarial durante los últimos años, pero recientemente la conversación ha evolucionado hacia temas más concretos y específicos. Este cambio se debe a varias razones.

En primer lugar, la transformación digital ya no es una opción, sino una necesidad imperante. La pandemia generada por el COVID-19, y otros eventos posteriores, aceleraron este proceso, convirtiendo la digitalización en una parte fundamental de la operación diaria de las empresas. Ahora, no es un tema de discusión, sino una realidad que se vive día a día.

En segundo lugar, la transformación digital abarca un amplio espectro de tecnologías y procesos. A medida que las empresas se han familiarizado con estos conceptos, se han concentrado en áreas específicas que pueden generar un valor real y tangible. Entre ellas se incluyen la inteligencia artificial, el análisis de datos y la automatización de procesos.

En tercer lugar, las empresas han alcanzado una mayor madurez digital. Esto significa que están más preparadas para enfrentar desafíos más complejos y específicos. En lugar de centrarse en la digitalización en general, buscan mejorar la eficiencia, la experiencia del cliente y la innovación a través de soluciones digitales concretas.

Por último, el enfoque en temas más concretos refleja un cambio hacia la implementación y la ejecución. Las empresas ya no solo hablan de transformación digital, sino que toman medidas concretas para hacerla realidad. En resumen, la conversación ha evolucionado de preguntarse «por qué» implementar la transformación digital a preguntarse «cómo» hacerlo.

Publicado originalmente en Metro Libre Panamá – Ver Aquí