Por Néstor Altuve / @nestoraltuve / nestoraltuve@yahoo.com

En latinoamericana, la Inteligencia Artificial (IA) ha irrumpido generando retos y preocupaciones en el ámbito laboral. La automatización del trabajo cobra una nueva perspectiva con las tecnologías basadas en IA generativa. Incluso profesiones antes consideradas a salvo de la automatización enfrentan inquietudes ante esta realidad.

Un informe del BID señala que más de la mitad de los empleos en varios países latinoamericanos podrían ser reemplazados por máquinas. En algunos países centroamericanos, por ejemplo, se estima que tres de cada cuatro puestos de trabajo corren el riesgo de automatizarse, presentando una de las tasas más altas de desempleo, a nivel mundial, a causa de la automatización.

La baja conectividad y la preparación limitada de la mano de obra han dificultado una rápida adopción de la IA en la región. Sin embargo, la realidad muestra que esta revolución tecnológica no dejará ningún sector intacto.

La educación juega un papel crucial. Los gobiernos deben invertir en programas de formación que desarrollen habilidades relevantes para el trabajo en la era de la IA. Es esencial que la población adquiera habilidades digitales, resolución de problemas, creatividad, pensamiento crítico y trabajo en equipo, adaptándose a la rápida evolución de la demanda laboral.

Una necesaria regulación de la IA debe abordar aspectos éticos, como la privacidad de datos y la equidad en el acceso a oportunidades laborales. Las decisiones automatizadas basadas en IA deben ser transparentes y auditables para evitar la discriminación.

América Latina no puede quedarse rezagada en este debate. Gobiernos y comunidad en general deben trabajar juntos para establecer regulaciones adecuadas y adaptadas a las necesidades de la región. Solo así podremos enfrentar el desafío de la IA y asegurar un futuro laboral justo y sostenible para todos los ciudadanos latinoamericanos.

Publicado originalmente en Metro Libre Panamá – Ver Aquí