La digitalización gubernamental no es un lujo, sino un imperativo para la competitividad nacional. Estonia, con su modelo de e-Government, ha convertido la tecnología en el núcleo de su estructura estatal. Panamá, con su posición estratégica y aspiraciones de convertirse en un hub digital regional, tiene la oportunidad de replicar este éxito.

El primer paso es establecer una identidad digital universal. Estonia logró esto con su e-Residency y sistema de identificación electrónica, permitiendo a ciudadanos y empresas realizar cualquier trámite en minutos. Panamá debe avanzar aún más en su cédula digital y sistemas de firma electrónica, eliminando procesos burocráticos innecesarios.

La interoperabilidad de datos es clave. La red X-Road de Estonia permite el intercambio seguro de información entre entidades públicas y privadas. En Panamá, los sistemas aún operan en silos. La creación de una infraestructura digital interoperable impulsaría la eficiencia gubernamental y la innovación empresarial.

El talento digital es otro pilar. Estonia priorizó la educación en programación desde edades tempranas. Panamá debe fortalecer su formación en inteligencia artificial y ciberseguridad para reducir la brecha de habilidades.

Con voluntad política, inversiones estratégicas y colaboración público-privada, Panamá puede transformar su canal físico en un canal digital de referencia global.

Publicado originalmente en Metro Libre Panamá – Ver Aquí