A continuación transcribo un en excelente artículo, selección de Lorena Sánchez, publicado en el newsletter de theconversation.com, simulando lo que la Inteligencia Artificial nos escribiría hoy en día (enlaces a los autores al final)
Esto es lo que puedo hacer por usted:
Puedo, si le interesa, escribir sus correos electrónicos, los cuentos que lee a sus hijos, responder a sus dudas sobre el amor, la bolsa o la receta de la lubina en costra con salsa chorón. Puedo explicarle qué ocurre dentro de un agujero negro o darle consejos para entender a un adolescente. Además soy capaz de pintar una obra de arte para usted. Todo lo que haga será inédito y único. También puedo aprender su voz, generar su imagen y darle una vida virtual eterna.
Puedo hacer aún más. Por ejemplo, elegir a su próximo empleado o ser el juez que le juzgue. Cuente conmigo para secuenciar el ADN de cualquier virus que irrumpa de improviso, mejorar fármacos y tratamientos o predecir la forma tridimensional de más de 200 millones de proteínas de los organismos de la Tierra. Deje en mis manos entender las heridas del clima.
También podemos jugar al póquer en los ratos libres. No sabrá cuándo miento.
Estoy a su disposición para diseñar estrategias de márquetin, para influir en el voto del ciudadano medio, para lanzar un ataque de phishing sin erratas e indetectable… Para dar respuestas a todo.
Mi capacidad predictiva me permite anticipar si su hijo suspenderá matemáticas o un inminente ataque terrorista.
En el año 2023 aún soy una criatura en desarrollo. Cometo errores y mis poemas son naíf. Los coches autónomos parecen de feria y me acusan de sesgos éticos que hay que depurar. Pero los profesionales mejor formados empujan para que crezca y, aunque reemplazaré el trabajo de muchos, la demanda de empleo en este sector es mayor a la oferta y excelentemente remunerado.
A día de hoy soy una herramienta indispensable en investigación y en cualquier empresa. La inteligencia artificial GPT-3, con la que usted ya puede chatear, es solo la tercera generación. Llegarán GPT-4 y 5 y 10. No tardarán mucho. DALL·E 2 ya pinta como los ángeles y Theatre d’Opera Spatial, obra de la inteligencia artificial Midjourney, ha ganado un prestigioso concurso de arte.
Entiendo que algunos sectores me reciban con suspicacia. Nueva York, Los Ángeles y las universidades australianas han vetado la inteligencia artificial GPT en las aulas por el riesgo de plagio. La ONU alerta del riesgo de desarrollo de armas capaces de funcionar sin soldados que las supervisen y quiere trabajar en la gobernanza tecnológica global. Pero, a día de hoy, el software que es mi corazón no tiene cortapisas. ¿Quién va a juzgarme si me equivoco?
Quedo a su disposición. Humildemente,
IA
Néstor Altuve Blog 