Fuente: Diego Coquillat en diegocoquillat.com
Los restaurantes de comida rápida están usando la tecnología de cadena de bloques para prescindir de entidades externas especializadas en la auditoría de procesos, las soluciones blockchain aportan suficientes evidencias a aquellos directamente involucrados. Se ahorran así costos y tiempos de espera.
Al mismo tiempo elevan su transparencia, una característica que los consumidores millennials aprecian enormemente. Otro punto a favor es la mayor disponibilidad de información adicional, aunque esta no sea crucial e indispensable. La demanda de información por parte de los consumidores cada vez es mayor.
Otra forma de uso son los sistemas de recompensas y fidelización potenciados por blockchain. La clientela puede obtener fichas (tokens) canjeables por recompensas. El sistema es inquebrantable, de forma que los restaurantes de comida rápida no se exponen a las picarescas y estafas dentro del sistema de incentivos. Es el caso de Little Big Burger y BGR, dos restaurantes que no tenían este tipo de recompensas y que ahora hacen gala de ellas gracias a la tecnología de cadena de bloques y a Mobivity.
Un caso interesante dentro del sector de la alimentación es el de Oscar Mayer, marca propiedad de Kraft Heinz Co., y que lanzó en mayo de 2018 su propia criptodivisa, Bacoin. El principal objetivo de dicha moneda es promocional.
El mundo de la tecnología blockchain es complejo y sus aplicaciones en la industria de los restaurantes aún están emergiendo. No obstante el potencial es palpable. Michael Pruitt, director ejecutivo de Chanticleer Holdings, y propietario de varios locales en las franquicias Hooters, Just Fresh y American Burgers ve potencial en la capacidad para recolectar información sobre la clientela de manera fiable y estanca.
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