La clave está en las iniciativas, planes y/o proyectos digitales enfocados en lo que potencia la línea de ingresos y optimiza los egresos

Por Néstor Altuve / @nestoraltuve / nestoraltuve@yahoo.com
En momentos en que la mayoría de las organizaciones ya planificó o están dando los toque finales a las estimaciones del 2023, que por demás se visualiza económicamente complicado, se hace reiterativo analizar el cómo prepararse para poder enfrentarlo. Uno de los más grandes retos es conseguir los equilibrios necesarios de cara a mantener nuestras compañías a flote y, paralelamente, prepararnos en todo lo que está sucediendo a nivel tecnológico y digital.
Es un momento complicado de la historia porque todo se está moviendo demasiado rápido y especialmente un cambio radical a nivel digital en los clientes, que definitivamente han alcanzado un protagonismo muy importante.
La gran pregunta es qué hacer ante escenarios como estos. No queda duda que el futuro será digital o no será, independientemente del negocio y/o industria. La habilitación de cualquier tipo de negocio con tecnología ya está marcando grandes diferencias y ventajas competitivas.
La transformación digital no debe detenerse por ningún motivo. Hay crisis, sí. Tenemos que revisar y ajustar lo que estamos haciendo en el tema tecnológico, también. El reto de los que lideran las organizaciones es grande porque deben reevaluar el portafolio de proyectos asociado al proceso de transformación y quizás priorizarlo nuevamente. Pero nunca detener lo que ya debe estar en el ADN de las organizaciones: innovación, disrupción y cambio.
Esta crisis, y cualquier otra que suceda, va de la mano y tiene que ajustarse al crecimiento exponencial de la tecnología, no queda de otra. Enfócate en lo que potencia la línea de ingresos y optimiza los egresos. Es una excelente fórmula.
Publicado originalmente en Metro Libre Panamá – Ver Aquí