Lo que ayer fue innovador, disruptor y consecuentemente exitoso, hoy puede ser un fracaso

Por Néstor Altuve / @nestoraltuve / nestoraltuve@yahoo.com

Son muchas las diferencias entre hacer negocios previo y post a la era digital. Mas allá de la tecnología, por ejemplo, anteriormente la predictibilidad era frecuente, hoy la incertidumbre es la constante. A manera de símil, podemos decir que antes la dinámica empresarial era una sesión, si bien cambiante, de fotografías, hoy estamos hablando de un video proyectado frecuente y aceleradamente. Esta reflexión tiene que ver más con los retos, no sólo evidentes para las organizaciones de la era previa a la digital, sino inclusive para las propias de esta cuarta revolución industrial.

Las empresas no pueden quedarse estacionadas como lo hacían antes, avanzando, pero esperando el resultado de sus proyectos de mejoras e innovación. Hoy la situación es mucho más compleja, los proyectos de transformación en plena ejecución tienen que sufrir cambios e inclusive postergación y lo que es peor cancelación, inaceptable para muchos lideres y/o dueños de negocios de la era pre-digital.

Casos en los últimos años son muy gráficos, por ejemplo, Google ha tenido que cancelar e inclusive cerrar muchos de sus servicios, algunos sin haberlos lanzado al mercado. Y más recientemente vemos casos emblemáticos como el Netflix, perdiendo suscriptores y evidenciando que todo está y puede cambiar muy rápido.

Esto no lleva a concluir a que esta era en que vivimos es realmente cambiante, lo que ayer fue innovador, disruptor y consecuentemente exitoso, hoy puede ser un fracaso. El reto para todos es cómo permanecer montados en el tren del cambio mutante, necesario para la subsistencia.

Publicado originalmente en Metro Libre Panamá – Ver Aquí